Para mi, la respuesta es clara.

Los estándares web son una necesidad, pero el negocio viene después.

Quizás en muchos casos es interpretado a la inversa, lo cual explicaría que el 96% de los desarrolladores ignoran los estándares web, supongo que por buscar primero el negocio, lo que obliga a que las cosas se hagan deprisa y mal.

Como ya he mencionado en alguna otra ocasión, pienso que los estándares web abren las puertas al futuro de forma inteligente y regulada.

Y digo que el negocio viene después por dos perspectivas:

  1. Desde el punto de vista del diseñador: El trabajo bien hecho termina premiando a nivel comercial y esto acaba por ser un aval de la inversión.
  2. Desde el punto de vista del cliente: Su nuevo sitio web tendrá una serie de beneficios que pronto pueden ser rentabilizados (de la forma que sea).

En definitiva, un sitio web bajo estándares ayuda a traer el negocio por si solo.