Ya estoy de vuelta de Barcelona, y como siempre igual (o más) enamorado de la ciudad condal. Lo que en principio iba a ser un “simple” acto de graduación acabo convirtiéndose en un choque de culturas: Cataluña, Italia, Asturias. Muy enriquecedor, una temporada más allí y salgo con acento Italo-catala.
Por cierto, lo mejor de todo este fin de semana no ha sido la esperada graduación (puesto que ya había acabado en 2006), sino lo bien que nos lo pasamos en casa de Mariona (la “típica” masía catalana).
Pues allí estábamos dos asturianinos (Lara y yo) entre: catalanes, y con un italiano (de Prato – Florencia), hemos “paliqueado” de todo un poco; nos hemos empapado todas de nuestras culturas, pueblos, tradiciones, políticas, comidas, etc. Y la verdad es que si que existen muchos malos tópicos muy lejanos de la realidad.
-Vamos que genial- Y con ganas de repetir, de ahora en adelante ya hemos establecido un puente: Asturias – Barcelona – Florencia.